El póquer es un juego que pone a prueba la fortaleza psicológica de sus jugadores. El tilt es producto de la tensión emocional, que puede producirse tras una serie de pérdidas. Incluso a los deportistas de élite les resulta increíblemente difícil resistir la tentación en ocasiones.

La pérdida de autocontrol de un jugador se denomina tilt. Ocurre durante las partidas de póquer y puede dar lugar a juicios precipitados e impulsivos que provocan la pérdida de grandes cantidades de dinero.

¿Cuándo se permite el tilt?

Inmediatamente después de perder un gran bote, sobre todo si su oponente ha sido muy afortunado y su mano supuestamente invencible ha sido derrotada.

Si el oponente carece de las habilidades adecuadas y, sin embargo, sigue ganando, a pesar de ello, usted cederá. Es fácil enfurecerse y perder el autocontrol, lo que lleva a la inclinación.

Si tiene “mala suerte”, parece que no puede adquirir ninguna carta buena, pero incluso si lo hace, pierde.

¿Cómo combatir el tilt?

Establezca un stop-loss; así se asegurará de abandonar la mesa después de haber perdido una cantidad de dinero que considere aceptable.

No juegue al póquer si está de mal humor; si está preocupado por otra cosa que no sea el juego, debe evitar jugar. No te distraerás ni te irritarás, ni incurrirás en pérdidas económicas como resultado de decisiones precipitadas.

Tomarse un descanso puede ser una idea inteligente. Tómese un momento para recuperar la compostura y vuelva a la mesa cuando su situación haya mejorado.

Posiblemente, una reducción de la restricción podría ser eficaz. Cuanto más débiles sean sus oponentes, más se reducirá el límite. Ganarás con más frecuencia y te sentirás más relajado.

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